martes, 20 de septiembre de 2011

Una Refexión: El ser más inevitable // Beatriz Socorro

Fecha: 02/09/2011 09:48:28 a.m.
Asunto: El ser más inevitable//
Buenos dìas Don Manuel : una reflexiòn , y un felìz fin de semana !

  Dice Kant que Dios es el ser más difícil de conocer pero también el más inevitable. Todos tenemos esa experiencia. Se agudiza cuando nos toca aceptar una derrota, sufrir una desgracia o padecer de una enfermedad.

El ateo más recalcitrante, cuando niega a Dios, tiene fe en que Dios no existe. Y además, no puede probarlo. Los derechos humanos, que la ONU reconoció en el año 1948, son una expresión del carácter sagrado de la persona. Cabe destacar que esos derechos no los decretó la ONU, los reconoció, que es bien distinto.

Desde Confucio hasta Homero la referencia a la Divinidad se ve como indispensable para dotar al hombre de inviolabilidad, y también de responsabilidad moral. Es lógico, pues, sin una instancia superior, común a todos, no podemos exigir que se nos respete, ni los demás tendrán un argumento para que nosotros les respetemos.

Sobre la tumba de Kant está escrita esta leyenda: Dos cosas hay en el mundo que me llenan de inspiración: el cielo estrellado fuera de mí, y el orden moral dentro de mí.
Dice Paul Johnson que el hombre es la criatura más inteligente, pero también la más soberbia. El hombre, como ser espiritual, necesita trascender, ir más allá de lo experimentable por los sentidos. Cuando se suprime la trascendencia, nos recluimos a la intrascendencia.

Decía Pascal que existen dos tipos de personas: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen. También están los ateos prácticos: aquellos que creen en Dios, pero que viven como si no existiera. La fragilidad humana, el "defecto de fábrica" con que todos nacemos, nos hace caer en esa lamentable condición.

Los niños, que en su inocencia creen y defienden la fe que aprendieron de pequeños, tienen una gran intuición para defender la inviolabilidad de sus creencias.

Estaba un maestro atacando la fe de sus alumnos. Les decía que la historia de Jonás era un mito, pues era imposible que una persona cupiera dentro de una ballena. La niña argumentaba que eso estaba escrito en las Sagradas Escrituras, y que, por tanto, no podía ser falso.

El maestro, insistía en su postura. Hasta que la niña le dijo, con gran sentido común: -Mire, profesor, esto se arregla fácil. Cuando yo llegue al Cielo, se lo preguntaré directamente a Jonás y le aviso. A lo que el maestro respondió: -¿Y si Jonás está en el infierno? La niña, con esa chispa infantil propia de su edad, le repuso: -En ese caso, ¡le pregunta usted!

Una buena ocasión la Semana Santa para profundizar en un aspecto de la vida que no admite dilaciones: el sufrimiento. Lewis supone que Dios nos grita por medio de nuestros dolores.

Los usa como un megáfono para despertar a un mundo sordo. "Una mala persona -continúa- no siente la necesidad de corregirse mientras la vida le sonríe. En cambio el sufrimiento, destroza la ilusión de que todo está bien.

Es la única oportunidad que el hombre tiene de corregirse, porque quita el velo de la apariencia e implanta la bandera de la verdad dentro de la fortaleza del alma rebelde".


Fecha: 04/09/2011 11:30:17 a.m.
Asunto: Re: El ser más inevitable//
 
Hola Beatriz:  Muy buenas; excelentes las reflexiones que colocas sobre el pensamiento del filósofo alemán, Emmanuel Kant. Sin embargo, no tardó mucho en declarar al respecto Aristóteles y también Leibniz. que; la simple posibilidad de algo carece de vigor, si envuelve en sí misma una contradicción. Por supuesto, no podemos olvidar el hecho de que Kant destruyera una vez la imagen de Dios (al extremo de que su propio ayudante de cámara le incriminara, llorando, el delito de haberle matado su Dios), en su "CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA"; y, que más tarde, en su ancianidad o decrepitud, tratara de reivindicar esa imagen en su "CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA". De donde creo parten las aludidas reflexiones.
Y. así también, de igual manera, sucedió con el francés Arthur Rimbaud, que, después de llevar una vida disipada y de negar a Dios, a través de sus libros UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO o "EL BARCO EBRIO", en su lecho de enfermo terminal, le rogó a su hermana le llamara un cura, para que le administrara la "extremaunción". 
Ahora bien; siendo el hombre, según Platón, de una naturaleza generalmente tornadiza, no pareciera tan fácil transitar entonces de una verdad a otra (por no decir, de la sala del espectáculo al interior de la fábula), sin caer en contradicción. 
Así y todo, mi muy apreciada Beatriz, tus temas siempre instruyen, nos ayudan a pensar. Quitan el rigor de la soledad, y, nos da la compañía de cuanto es noble. FELIZ FIN DE SEMANA.
PD. Me pareció tan interesante tu correo, que, con tu permiso, lo voy a publicar en mi blog.  
UN ABRAZO

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